jueves, abril 27, 2006

Química



La primavera se manifiesta en plena ebullición en las calles de Madrid.
Y también en los tejados.
Las palomas emiten ese cantito grave y monótono llamado “arrullo” Es su tonadilla de seducción, con ella realizan el cortejo e inician el proceso de enamoramiento.
Pero nos son las únicas.
Algún hombre empleó su arrullo personal con una amiga.

Ella me llama y me relata que apenas duerme, que apenas come, y que el corazón le late más aprisa. Yo podría añadir que seguramente, si midiéramos su presión arterial sistólica, aparecería más alta de lo habitual, y que tiene mayor capacidad muscular, así como más glóbulos rojos que hacen la labor de mejorar el transporte de oxígeno en su corriente sanguínea.

Todo esto porque su hipotálamo esta ordenando que se aumente la producción de adrenalina y noradrenalina.

Toda ella es un oleaje químico, y su cerebro está fabricando grandes cantidades de feniletilamina, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas ligado a la energía, el humor y la atención.

Vamos, que podríamos decir que mi amiga está empastillada endógenamente. (Por eso puede pasarse noches sin dormir mientras quema calorías en quehaceres amorosos sin notar apenas cansancio)

Al inundarse el cerebro de feniletilamina, éste responde segregando dopamina, norepinefrina y oxitocina (estupendo cóctel que hace sentir todas esas cosas tan placenteras durante el enamoramiento)

Esta actividad química durará según los investigadores de 2 a 3 años, incluso a veces más, pero al final la atracción bioquímica decae.
Por supuesto que para entonces, habrán podido entrar en juego otras cuestiones, en las que hoy no me voy a extender, para que mi amiga, o cualquiera de vosotros, sea feliz manteniendo su relación (o no)

Si entre tanto llega el mal de amores, siempre puede devorar chocolate.
Los médicos Donald F. Klein y Michael Lebowitz del Instituto Psiquiátrico de Nueva York descubrieron en un estudio sobre el enamoramiento que el chocolate es un alimento especialmente rico en feniletilamina.
Es un buen apunte a tener en cuenta Por eso es bueno para el mal de amores, es un Prozac vegetal!!

(La foto fue disparada por la que suscribe hace apenas unas horas desde la ventana de su habitación. Y este post está dedicado a su amiga R. -por que si, por que me da por ahí-)

miércoles, abril 26, 2006

Quiero viajar

miércoles, abril 05, 2006

Daniel


Daniel es uno de esos amigos que sabes que estarán siempre en tu vida, o que por lo menos quieres que así sea.

Daniel es uno de esos amigos a los que quiero y admiro profundamente.

Esta foto se la hice en un café de la calle Hortaleza en una visita relámpago a España, entre té, abrazos, besos fugaces y palabras atropelladas, por eso de que el tiempo se escapa y los aviones también.

Daniel vive en Nueva York desde Septiembre del pasado año.Se largó, después de tanto avisar, para encontrarse de bruces con el sueño americano, y el despertar del mismo en el barrio de Washington Heights, donde nace el proyecto de "The Heights"


Washington Heights, localizado en la parte alta de la isla de Manhattan, alberga a la mayor parte de la comunidad dominicana que reside en la ciudad deNueva York.

El contacto con inmigrantes dominicanos, muchos de ellos relacionados en mayor o menor medida con el mundo del narcotráfico, fue el detonante que provocó en Daniel el interés por ese submundo neoyorquino que los ciudadanos residentes en el resto de Manhattan no conocen niquieren conocer.

“The Heights”, que en principio fue concebido como film de ficción, se ha transformado en un reportaje documental cuya acción dramática es transportada por una historia de ficción basada en la realidad que muestra el documental. Más de cincuenta horas de testimonios filmados, junto con cientos de conversaciones entre el director del proyecto e inmigrantes dominicanos residentes tanto en Nueva York como en República Dominicana, son la base de la historia que narra “The Heights”.

Puedes ver una muestra de la extensa grabación, aqui.